Alfonso XII
conocido como “El pacificador” es hijo de Isabel II y el Infante Francisco de
Asís de Borbón y nieto de Fernando VII “El Deseado”. Nació el 28 de noviembre de
1857 en el Palacio Real de Madrid.
Tras la
revolución de la Gloriosa en 1868 toda
la familia real fue exiliada y durante estos años de exilio Alfonso XII recibió
la mejor formación posible como futuro rey de España. Se formó lingüística y
militarmente en París, Ginebra y Viena y militarmente en la Real Academia
Militar de Sandhurst.
Alfonso
XII gobernó de 1875 a 1885. Llega al poder tras el pronunciamiento militar que el
general Martínez Campos lleva a cabo en Sagunto el 29 de diciembre de 1874.
Previo a este pronunciamiento se había publicado el Manifiesto de Sandhurst,
redactado por Cánovas del Castillo y firmado por Alfonso XII en el que se
reconocía como rey modélico: español, católico, liberal y con espíritu
verdaderamente conciliador ante la sociedad española.
Cuando
llega al poder se encuentra con la ardua tarea de superar las expectativas que
el pueblo había dejado en los anteriores modelos de gobierno que fracasaron: la
monarquía de Amadeo de Saboya caracterizada por una difícil situación económica
y una fuerte inestabilidad política que acabó provocando el alzamiento de la I
República.
Los
objetivos principales de su reinado fueron restaurar y legitimar la monarquía
borbónica, restablecer la paz, sofocar la sublevación carlista y la cubana y
alcanzar una estabilidad política, social y económica.
Alfonso XII
se casó en dos ocasiones.
La
primera en enero de 1878 con su prima María de las Mercedes de Orleáns, sobrina
de Isabel II y nieta del Rey Luis Felipe de Francia. Pero la reina murió seis
meses después por fiebre tifoidea.
Al
año siguiente, en noviembre de 1879, se casó con Mª Cristina de
Habsburgo-Lorena, archiduquesa de Alba. Tuvieron 3 hijos: Mª de las Mercedes,
Mª Teresa y el futuro Alfonso XIII que nació 6 meses después de la muerte de su
padre.
El rey
murió el 25 de noviembre de 1885 en el Palacio del Pardo como consecuencia de
una tuberculosis. Fue enterrado en la cripta de reyes y reinas del Real
Monasterio de San Lorenzo del Escorial.
Alfonso XII
era muy querido por la población por su carácter afable y espontáneo, que pudo
demostrar en varias ocasiones a lo largo de su reinado. Se mostró como un rey
al que verdaderamente le importaban los problemas de sus súbditos y lo demostró
en varias visitas a los afectados por catástrofes como las inundaciones en
Murcia y sur de Alicante (1879), terremoto de Andalucía (1884-1885), coléricos
de Aranjuez (1885).
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