Junto a la plaza de Cibeles encontramos el Palacio de Linares, actual sede de la Casa de América.
El Palacio fue mandado construir por don Mateo Murga, un empresario de la segunda mitad del siglo XIX. Don Mateo tenía un hijo, José quien le confesó estar enamorado de una joven llamada Raimunda, hija de una estanquera.
Don Mateo al enterarse, prohibió a su hijo contacto alguno con la muchacha para lo que rápidamente lo mandó a estudiar a Londres. Pero poco tiempo después el joven volvió a España por la muerte de su padre, tras lo cual descubrió las verdaderas razones de aquella prohibición; Raimunda era su hermanastra por parte del progenitor.
No obstante los jóvenes decidieron seguir adelante con su romance y con siguieron la bula papal “Casti convivere”, que les permitía vivir juntos pero en castidad. Sin embargo, al poco tiempo tuvieron una hija a la que llamaron como a su madre, y quien nada más nacer fue asesinada. Hay quienes dicen que fue emparedada, mientras que otros opinan que simplemente la enterraron en algún lugar del palacio. En cualquier caso, lo hizo para que nadie conociera el incesto.
Cuenta la leyenda que entre las paredes del edificio el fantasma de la pequeña Raimunda se pasea cantando y llamando a sus padre. Hay quienes dicen también que a ella se le suman dos fantasmas más, los de sus padres.
En la década de los noventa salieron a la luz diversas psicofonías grabadas en el palacio, que llegaron incluso a abrir algunos telediarios. Fueron difundidas por Carmen Sánchez de Castro, pero diversos expertos en la materia las catalogaron como falsas y manipuladas. Más tarde, algunos investigadores han vuelto en busca de pruebas y nuevas psicofonías. Se dice que existen grabaciones audiovisuales en las que se ve al supuesto fantasma reflejado en uno de los espejos.
¿Pero que hay realmente de cierto en todo esto?
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